CONCENTRACIÓN
Es uno de los más destacados, pues afecta de forma positiva al rendimiento y a los resultados. Además, una alta capacidad de concentración va ligada a la reducción de los errores.
Un deportista debe aprender a concentrarse en los estímulos que influyan positivamente en la competición y a desconectarse de lo que pueda distraerle. Todas las acciones tendrán una mejor ejecución si se potencia la concentración del individuo. Visualizar el objetivo y el camino a seguir para lograrlo es una técnica sencilla y efectiva.
AUTOCONFIANZA
La confianza en las habilidades personales para lograr alcanzar el éxito es necesaria para conseguirlo. Creer en tus posibilidades es primordial.
La autoconfianza se consigue de forma progresiva. Es importante que el deportista valore cada uno de sus avances y mejoras desligándolo de los resultados. Es decir, se recomienda centrarse en el rendimiento, pues si no el riesgo de sentirse fracasado se multiplica.
MOTIVACIÓN
La pasión es la fuerza que mueve a los deportistas a continuar. La práctica deportiva es una montaña rusa: victorias, derrotas, picos de forma, días en los que el cuerpo no responde,… La motivación es necesaria para seguir adelante ante cualquier obstáculo o dificultad.
El rendimiento no se entiende sin la
motivación. A principio de temporada se
deben establecer las grandes metas, pero
tan importante como eso es marcarse
pequeños objetivos. Así, cada paso que se logre
supondrá una inyección extra de motivación
sin necesidad de jugárselo todo a una carta
con el gran objetivo final, ya que esto puede
abocar a la sensación de fracaso a la pérdida de
confianza. Además, cada persona debe buscar
la estrategia para mantener la motivación a lo
largo del tiempo.
CONTROL EMOCIONAL
A veces, la única diferencia entre el éxito y el fracaso es el control emocional. Controlar los pensamientos recurrentes, las dudas, los miedos… es un ejercicio de gran importancia tanto en los días previos como en la propia competición. De lo contrario, el rendimiento se ve resentido llegando incluso al bloqueo.
Saber aplicar técnicas para la gestión emocional es un aprendizaje tan válido en el deporte como en otras áreas de la vida diaria. El manejo del estrés y de la ansiedad permite actuar con tranquilidad y sacar al terreno de juego la mejor versión de cada persona.
El control de uno mismo permite mostrar el máximo potencial en el momento adecuado
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