Evita que el calor te aplatane
siguiendo una dieta equilibrada, hidratándote adecuadamente, no abandonando el ejercicio físico, descansando bien y…
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A pesar de las altas temperaturas
de los meses de verano y a pesar también de que en vacaciones queremos reponer fuerzas y “cobrarnos” las horas de sueño pendientes del resto del año...
RECUERDA
Es fundamental evitar el sedentarismo y practicar algún deporte
¡VAMOS!
NO POSPONER
La alimentación será nuestra aliada en unos meses en los que, con frecuencia, se reduce el apetito y también cuesta más conciliar el sueño.
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Añade flores e incluso un bodegón de frutas (preferiblemente enteras para evitar su oxidación) como una piña o limas y limones.
Las ensaladas, el gazpacho (no solo el clásico a base de tomate, sino también los de frutas), las cremas frías (como la Vichyssoise), los tentempiés refrescantes (como brochetas o mini sándwiches) y, por supuesto, una buena barbacoa, son capaces de transformar el momento de la comida o la cena en una auténtica fiesta.
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Existen diversas investigaciones sobre cómo el color del plato o envase de un alimento afecta al apetito e incluso al gusto.
Por otro lado, el estudio afirmaba que existen colores que activan nuestras ganas de comer y estos son los tonos más cálidos, como el rojo, los amarillos o anaranjados y el marrón.
El blanco, por su parte, hace destacar las tonalidades del propio producto, por lo que puede también acentuar su apetitosidad.
La vajilla blanca hace que toda nuestra atención se centre en la comida.
Las vajillas estampadas, ya sean florales o con cualquier otro diseño, impiden reconocer bien los colores y texturas de los alimentos que contienen, así que...
¡¡descártalas para presentar tu receta estrella!!
Otro estudio revela que, si la tonalidad del alimento es coincidente con la tonalidad del plato, comemos más.
Sabías que… es nuestro cerebro el que “ve” los alimentos?
¡Así es! Cuando percibimos
a través de la vista los colores y formas, los ojos envían estos estímulos al cerebro y es este órgano el que interpreta la comida.
El color es muy importante para nuestro cerebro, más incluso que el sabor y el olor.
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Sobre una mesa azul, muy mediterránea, un plato blanco con el que destacar las diferentes texturas y tonalidades de este variado menú.
VER RECETA
Una “cama” a base de canónigos o rúcola, envolver tu receta en una hoja verde o introducir brotes en ella llamará la atención a nuestro cerebro enviándole mensajes de frescura…
VER RECETA
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Las proteínas tienen una función estructural, ya que nos ayudan a fabricar y regenerar nuestros tejidos (uñas, pelo…) y los órganos de nuestro cuerpo.
Son las responsables de dar forma a nuestros huesos y músculos y de la producción de enzimas y hormonas.
Están compuestas de miles de unidades más pequeñas, llamadas aminoácidos.
Tienen un papel importante en el control del peso y en la regulación del colesterol.
Las podemos encontrar en la carne, el pescado, los huevos, las legumbres y los lácteos.
Por todo ello, para que tu dieta sea completa y equilibrada es fundamental que se incluyan junto al resto de los nutrientes.
Nuestros favoritos para ese aporte proteico en los meses de verano:
Huevo duro, refrescantes lonchas de fiambre de pavo, conservas como el atún, toppings de pechuga de pollo, salmón ahumado, queso en lascas o en dados, legumbres de bote utilizadas a temperatura ambiente, sabrosos embutidos a la barbacoa…
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A la hora de preparar tu ensalada tienes ante ti un maravilloso lienzo en blanco al que has de dar color (y sabor), así que ¡atrévete a explotar tu lado más creativo! Combina ingredientes y transfórmala en un atractivo plato que, además, te proporcione todos los nutrientes necesarios.
Es una de las ensaladas más populares del mundo y, además, es muy sencilla de preparar.
Se elabora a base de lechuga romana y picatostes y se adereza con limón, aceite de oliva, huevo, mostaza, ajo, sal, pimienta y queso parmesano (o Grana Padano).
Y sí, la receta original de la Ensalada César no contenía pollo sino anchoa, a través de la propia salsa o bien como ingrediente directo.
Pero nuestra versión -al igual que en muchos restaurantes de todo el mundo- sí lo lleva y, además, de la manera más cómoda, sabrosa y jugosa que existe:
con los de Pechuga de Pollo al Horno.
Hay quien utiliza salsa Worcestershire (llamada también salsa inglesa o salsa Perrins) que ya contiene muchos de estos ingredientes, pues está compuesta de vinagre, melaza, jarabe de maíz, agua, pimiento picante, salsa de soja, tamarindo, anchoas, cebollas, chalotas, vino, clavo de olor y ajo.
Una solución culinaria que combina conveniencia y salud y que es el complemento ideal para tus ensaladas, arroces, pizzas, pasta, tacos, fajitas…
Además, estas tiras de pollo de Serrano son bajas en grasas y altas en proteínas y puedes añadirlas en frío o darles un toque de calor en el micro o salteándolas en una sartén.
Aunque existen diversas versiones en cuanto a su origen, parece ser que el chef italiano Remigio Murgia inventó esta receta a la que dio el nombre del propietario del establecimiento en el que trabajaba, César Cardini (del hotel-restaurante Cardini).
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