Cuando el día se acorta y las temperaturas disminuyen, la casa se convierte en un lugar muy placentero en el que disfrutar de la familia, los amigos o la tranquilidad de estar solo…

El otoño y el invierno también resultan muy sugerentes a la hora de cocinar, pues es en estas estaciones de frío en las que más se disfruta preparando platos elaborados, llenos de sabor y de nutrientes, capaces de hacernos
entrar en calor.

Dicen que las auténticas “Recetas de la Abuela” no
están escritas, sino que pasan
de generación en generación
a través de la memoria y su ingrediente principal no es otro que el amor
; ese mimo que se pone en su elaboración y que, sin duda, es la clave del éxito.

Legumbres

las grandes protagonistas

Las legumbres son las protagonistas indiscutibles de los platos de cuchara
y, entre ellas, las lentejas ostentan un papel estelar.

Son muy saludables, sabrosas en infinidad de recetas y, un importante detalle: admiten perfectamente su posterior congelación, dato interesante si practicas el batch cooking.

La lenteja más común es la pardina (o pardiña), de color marrón, pero existen multitud de variedades como la roja (conocida también como lenteja turca o lenteja coral), la verde (llamada también verdina, verdiña o lenteja de Puy), la amarilla (rubia o castellana) o la negra (beluga).

Todas ellas con un sabor y una textura únicos
y con el común denominador de su interesante valor nutricional: ricas en fibra y en hierro y fuente de hidratos de carbono y de
proteína vegetal.

Otras legumbres, como los garbanzos o las alubias, dan forma a grandes platos de nuestra cocina, entre los que destacan el cocido, el potaje o la fabada.

Con chorizo mucho mejor!

Antaño, las leguminosas secas eran conocidas como “la carne del pobre” porque eran muchos los que no podían acceder a la proteína animal y estas eran su única fuente proteínica.

Actualmente, disfrutar de unas sabrosas lentejas con chorizo o de la clásica fabada asturiana (a la que, junto al chorizo, se añade también morcilla, hueso de jamón y panceta) es un “lujo” al alcance de la mayoría y, no cabe duda de que estos ingredientes cárnicos ponen la guinda a estos grandes platos, potenciando su sabor y su apetitosidad.

Estas sabrosas y nutritivas recetas son súper energizantes y, por ello, muy recomendables para combatir el frío y fundamentales en una dieta saludable, pero ¡no solo eso!

Son recetas que nos aportan también energía de la buena, que es mucho más que un mero combustible para el organismo.

Porque se preparan con amor, porque se disfrutan con amigos
o familia, porque nos sentimos orgullosos del resultado…

Una energía que se multiplica cuando se comparte, que se contagia entre quienes nos rodean y que nunca se agota.

Verduras y hortalizas como la
cebolla, el ajo, el puerro, el tomate,
la zanahoria y el pimiento (rojo y/o verde) tampoco pueden faltar en este festín, aportando color, sabor y fibra.

Recuerda que elegir productos de temporada (tanto verduras y hortalizas, como frutas) es un gesto con el cual aportamos grandes beneficios a nuestra salud y nuestro paladar (al consumir los productos en su punto óptimo de maduración), al medio ambiente (al reducir las emisiones de CO2 y fomentar la sostenibilidad de la tierra) y a nuestro bolsillo.

¿Sabías que nuestro cuerpo posee unos minitermómetros que detectan el frío?

Nuestro organismo es una maquinaria perfecta y así lo demuestran algunos procesos que se activan automáticamente en nuestro cuerpo ante determinadas “amenazas”

Es el caso de los termorreceptores que se localizan a lo largo de nuestra dermis y que actúan como una especie de “minitermómetros”.

Se trata de unas células especializadas en detectar modificaciones de temperatura (frío o calor).

Los escalofríos, el gesto instintivo de mover las piernas, encoger los hombros, tiritar o frotarse las manos forman parte de los movimientos que este proceso desencadena para generar calor.

Con la llegada de las fiestas navideñas, llegan también las grandes comilonas… Ya seas invitado o anfitrión y, tanto si la celebración se hace en casa o fuera de ella, su intensidad hace muy recomendable alternar estos copiosos y dilatados ágapes con comidas o cenas ligeras y sencillas de preparar.

Descubre algunas sugerencias para estos días o para cualquier momento del año:

Causa limeña con

Toppings de Pollo

Los Toppings de Pechuga
de Pollo de SERRANO
(“al horno” o “sabor natural”) pueden disfrutarse tanto en frío como en caliente y son ideales para completar o protagonizar tus sándwiches, ensaladas, poke bowls, burritos, tacos, pizzas, baos…

Ver aquí

Ensalada Thai de calabacín y mango con

Pechuga de Pavo

Timbal de

Pechuga de Pavo sabor Trufa Negra

con ensalada y manzana

Ver aquí

Poke Bowl mediterráneo con

Toppings
de Pollo

Tortitas de maíz con

Pavo con Huevo
y Pistachos

Tartar de
verduritas con

Pechuga de Pavo

y vinagreta de cítricos

Sándwich integral con

Pavo Trufado

y aguacate

Pechuga de Pavo

a las Finas Hierbas con berenjenas estilo hindú

Ensalada
Navideña con

Pavo Trufado

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